En el año 218 a.C., las tropas romanas pusieron pie por primera vez en la península ibérica. Desde entonces, la presencia romana en España se extendió durante más de seis siglos, dejando una huella imborrable en la cultura, la lengua, la arquitectura y el sistema político de la península. En este artículo, exploraremos los orígenes de la presencia romana en España y cómo esta influencia ha moldeado la historia del país hasta nuestros días.
Cómo se inicia la presencia romana en la península ibérica
La presencia romana en la península ibérica se inició en el año 218 a.C. con la llegada del general romano Publio Cornelio Escipión a Ampurias, en la costa catalana.
Antes de la llegada de los romanos, la península ibérica estaba habitada por diversos pueblos, como los íberos, celtas y tartessos. Estos pueblos mantenían relaciones comerciales con otras culturas del Mediterráneo, como los fenicios y los griegos.
La presencia romana en la península ibérica se debió en gran medida a la necesidad de controlar las rutas comerciales del Mediterráneo occidental y de asegurar el suministro de recursos, como el trigo y los metales preciosos.
El proceso de conquista romana de la península ibérica fue largo y difícil. Durante los primeros años de la presencia romana, se produjeron numerosas revueltas por parte de los pueblos indígenas, que no aceptaban el dominio romano.
La conquista romana de la península ibérica se completó en el año 19 a.C. con la victoria del emperador Augusto sobre los cántabros, en el norte de España.
Por que llegaron los romanos a España
La presencia romana en España comenzó en el año 218 a.C. con la llegada del general Publio Cornelio Escipión para enfrentar a los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica.
Los romanos llegaron a España con el objetivo de expandir su imperio y controlar los recursos del territorio. En el caso de la península ibérica, la riqueza en minerales como la plata y el hierro, así como la fertilidad de las tierras y su posición estratégica como puerta de entrada al Mediterráneo, fueron factores clave para su conquista.
Los romanos establecieron su presencia en la península ibérica a través de la fundación de colonias y ciudades, la construcción de carreteras y acueductos, y la explotación de los recursos naturales.
Uno de los episodios más relevantes de la presencia romana en España fue la conquista de Numancia en el siglo II a.C.
, tras 20 años de resistencia por parte de los pueblos celtíberos. Esta victoria permitió a los romanos consolidar su control sobre el territorio y establecer la provincia de Hispania.
La presencia romana en España se extendió durante varios siglos y tuvo un gran impacto en la cultura, la lengua y la organización política del territorio. La influencia del latín, la lengua de los romanos, se hizo evidente en la formación del castellano y otros idiomas de la península ibérica.
Qué ciudades españolas tienen origen romano
La presencia romana en España se remonta al siglo III a.C. Durante siglos, los romanos establecieron ciudades y asentamientos en la Península Ibérica, dejando un legado cultural y arqueológico que aún perdura en la actualidad. En este artículo, se detallarán las ciudades españolas que tienen origen romano.
Tarragona: Fundada en el año 218 a.C. por los romanos, Tarragona fue una de las ciudades más importantes de Hispania durante la época romana. En ella se pueden encontrar numerosos restos arqueológicos, como el anfiteatro romano, el acueducto de Les Ferreres o la muralla romana.
Mérida: Conocida como “la Roma española”, Mérida fue fundada en el año 25 a.C. por el emperador Augusto. En ella se pueden encontrar numerosos monumentos romanos, como el teatro romano, el anfiteatro, el circo romano o el puente romano sobre el río Guadiana.
Sevilla: La ciudad de Sevilla fue fundada por los romanos en el siglo II a.C. Durante la época romana, fue conocida como Hispalis y se convirtió en un importante centro comercial y estratégico. En la actualidad, se pueden encontrar algunos restos romanos en la ciudad, como la muralla romana o el templo de la calle Mármoles.
Córdoba: Fundada por los romanos en el año 152 a.C., Córdoba fue una de las ciudades más importantes de Hispania durante la época romana. En ella se pueden encontrar numerosos restos arqueológicos, como el teatro romano o el puente romano sobre el río Guadalquivir.
Otras ciudades españolas que tienen origen romano son Zaragoza (Caesaraugusta), Segovia (Segovia) o Barcelona (Barcino).
En resumen, la presencia romana en España tuvo un origen eminentemente militar y político. La conquista de la península ibérica fue larga y ardua, pero una vez conseguida, Roma supo sacar partido de los recursos y riquezas que ofrecía este territorio. La romanización de la población y el establecimiento de una administración eficiente fueron los pilares sobre los que se asentó la presencia romana en España. Gracias a su legado, España cuenta con un rico patrimonio histórico y cultural, que nos recuerda la importancia de la presencia romana en la península ibérica.